lunes, 2 de noviembre de 2015

placas tectonicas, movimiento y transformacion

Para referirnos a los cambios que se presentan en la superficie terrestre tenemos que hacer hincapié en los movimientos generados por las placas tectónicas que conforman el planeta.
Estas placas presentan tres diferentes tipos de bordes que se encuentran en permanente movimiento y que producen distintas formaciones. Los tipos de bordes se detallan a continuación:
-Bordes divergentes: se encuentran donde dos placas se separan, esto produce el ascenso del material desde el manto para crear nuevo suelo oceánico.
-Bordes convergentes: se encuentran donde dos placas se juntan, generando el descenso de la litosfera oceánica debajo de una placa superpuesta, que luego es reabsorbida en el manto, o posiblemente el choque entre dos bloques continentales para crear un sistema montañoso.
-Bordes de falla transformante: se encuentran donde dos placas se desplazan en forma lateral y en direcciones contrarias una de la otra. Este tipo de borde no produce ni destruye la litosfera.
Cada una de las placas presentan una combinación de los tres tipos de bordes, aunque algunos predominen sobre otros. También se puede afirmar que cuando tomamos una placa en particular podemos determinar que esta puede crecer o disminuir dependiendo de la velocidad en que se genera el nuevo suelo y en la que se destruye. Además pueden crearse nuevos bordes, cuando dos placas colisionan y se juntan formando una única placa, obteniendo como resultado una cordillera montañosa como es la del Himalaya.
Para nombrar en forma particular cada borde de placa podemos decir que los bordes divergentes se encuentran a lo largo de las crestas de las dorsales oceánicas y son considerados bordes constructivos, debido a que genera nueva litosfera oceánica, y por lo que también reciben el nombre de centros de expansión. A lo largo de estos bordes el fondo oceánico se eleva formando una dorsal oceánica. Estas dorsales representan la estructura topográfica más larga de la superficie terrestre, superando los 70 km de longitud, con anchura de entre 1000 y 4000 km . En el eje de algunos segmentos de la dorsal existe una profunda estructura fallada denominada valle de rift. En cuanto al tiempo de expansión podemos diferenciar entre la dorsal centro atlántica que crece unos 2 cm por año y la dorsal del pacífico oriental de 15 cm por año; estos procesos generaron todas las cuencas oceánicas de la tierra durante los últimos 200 millones de años. La elevación de la dorsal se debe a que la corteza oceánica recién creada está caliente y ocupa más volumen, lo cual la hace menos densa que las rocas más frías, que están más alejadas de la cresta y por lo tanto son más antiguas y aumentan el grosor de la placa.
También pueden generarse bordes de placa divergentes en el interior del continente, donde la masa continental se divide en dos o más segmentos. Se considera que la fragmentación de un continente comienza con la formación de una depresión llamada rift continental, como el de África oriental. Las fuerzas tensionales estiran y adelgazan la corteza continental generando que la roca fundida subiera desde la astenosfera y comenzará la actividad volcánica en superficie, esto se puede visualizar en las grandes montañas volcánicas del Kilimanjaro y el Monte Kenia.
En cuanto a los bordes convergentes podemos decir que también se los denomina bordes de placa destructivos debido a que aquí las porciones más antiguas de litosfera oceánica descienden al manto. Estos se encuentran en lugares donde las placas se mueven una hacia la otra, y una se desliza por debajo de la otra debido a que el borde frontal se dobla hacia abajo, produciendo una fosa submarina, como la de Perú-Chile, que pueden tener miles de km de longitud, de 8 a 12 km de profundidad y de 50 a 100 km de anchura. Estos bordes también se denominan zonas de subducción porque aquí la litosfera desciende hacia la astenosfera, debido a que la densidad de la placa litosférica descendente es mayor que la de la astenosfera subyacente. En general, la litosfera oceánica es más densa que la astenosfera subyacente, mientras que la litosfera continental es menos densa y resiste la subducción, así se puede concluir en que es siempre la litosfera oceánica la que experimenta la subducción. También el ángulo de descenso depende de la densidad, éste será menor cuando la porción de litosfera en subducción es joven, generando gran interacción entre las placas involucradas en el proceso y por consiguiente la producción de terremotos. En cambio, cuando la litosfera es más antigua, es a la vez más densa y llega a tener un ángulo de subducción de unos 90°.
Los bordes convergentes se pueden formar en tres situaciones diferentes: entre dos placas oceánicas, entre una placa oceánica y una continental, o entre dos placas continentales.
Cuando convergen dos placas oceánicas, una desciende por debajo de la otra, iniciando la actividad volcánica, los volcanes crecen desde el fondo oceánico debido a que el agua expulsada de la capa de litosfera oceánica subducente provoca la fusión en la cuña  subyacente de roca de manto. Cuando la subducción se mantiene, terminará por construir cadenas de estructuras volcánicas que emergen como islas, consisten en una cadena en forma de arco de arco de pequeñas islas volcánicas denominado arco de islas volcánicas, como por ejemplo, las Aleutianas, las islas Marianas y las Tonga, y generalmente están localizadas a 100-300 km de una fosa submarina. La mayoría de estos arcos se encuentran en el pacífico occidental, en cambio en el Atlántico solo hay dos arcos de islas volcánicas: las Antillas Menores y las islas Sandwich del Sur.
En cuanto a la convergencia entre una placa oceánica con otra continental, la segunda continuará flotando mientras la primera, al ser más densa, se hundirá en el manto. Cuando la placa oceánica desciende a unos 100 km de profundidad comienza la fusión dentro de la cuña de la astenosfera caliente subyacente, es decir que, cuando la placa se hunde el agua sale de los espacios porosos a medida que la presión de confinamiento aumenta, generando lo que se denomina fusión parcial; el magma asciende de una manera gradual hacia la superficie, así pueden generar una erupción volcánica, sin embargo, parte de este magma no alcanza la superficie y se solidifica en profundidad aumentando el grosor de la corteza. Dependiendo de la composición del magma, las erupciones pueden violentas y explosivas, o suaves. Los volcanes de los Andes son el resultado del magma generado por la subducción de la placa de Nazca por debajo del continente sudamericano, estas se denominan arcos volcánicos continentales.
Cuando convergen dos bloques que contienen litosfera continental, la subducción continua terminará por unirlos debido que los dos son débilmente densos lo que produce flotabilidad, el resultado es la colisión de las dos placas. Un buen  ejemplo de este proceso y de lo que produce se ve cuando el subcontinente de India chocó contra Asia y generó la gran cordillera del Himalaya; otros ejemplos son los Alpes, los Apalaches y los Urales. Esta colisión pliega y deforma los sedimentos acumulados del margen continental.


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